Agrupación para la difusión de la obra del poeta, del barrio de Floresta, Don Enrique Dizeo y la de los poetas actuales.
Es premisa, de la Agrupación Enrique Dizeo, fomentar la poesía en los jóvenes y sembrar la semilla de la escritura para que en Argentina vuelvan a aparecer los grandes hombres de las letras que supimos tener.
Blog dedicado a la memoria de Don Luis Trucco

miércoles, 20 de marzo de 2024

Se cumple el 120° aniversario del natalicio de Julio Alberto Cantuarias.

 

Poeta especialmente conocido como letrista de algunos tangos de gran éxito.




Julio Alberto Cantuarias nació en Buenos Aires, el 20 de marzo de 1904 y fue un poeta especialmente conocido como letrista de algunos tangos de gran éxito, relevantes en la cultura musical.

Pasó su juventud en los barrios porteños de Boedo y San Telmo en la ciudad de Buenos Aires y fue precisamente en esos años cuando escribió la letra del tango que lo hizo destacar: “Padrino Pelao”.

Pero su vida no se resume a una obra, ni siquiera a una sola actividad. Por aquel entonces fue socio fundador de la primitiva Sociedad de Autores y Compositores, que luego fue reorganizada y hoy se conoce como: S.A.D.A.I.C.

Era componente de la “Barra del Arrabal”, que actuaba en la calle Corrientes 931 de la Capital Federal (años 1929/30), donde en compañía de los que luego fueron afamados interpretes hacía de monologuista con el seudónimo de “Serruchito” representando también en salas teatrales, salones de fiesta, bailes, verdaderos festivales artísticos, que incluían desde obras teatrales, concursos de cantantes nacionales hasta bailes populares con los que se cerraban los festejos.

Fue colaborador activo de la revista “La Canción Moderna” precursora de Radiolandia de Julio Korn, junto a Dante Linyera (vate de la época y autor del libro Semo Hermano) y alternaba con todos los autores y compositores de tango y folclore destacados en ese momento, luego bastamente conocidos por el gran público de los que podemos nombrar a Los Hermanos Abrodo, Anselmo Arietta, Julio Decaro, Fernando Ochoa, etc.

En 1928 compuso con música de Enrique A. N. Mónaco la letra de Vieja Calesita, tango que se estrena por Julio de Caro y su Gran orquesta, cantado por Edmundo Rivero.

De su obra autoral se destaca nítidamente el Tango “Padrino Pelao” que ya en su momento (años 1929/30) concitó verdadero interés en interpretes de valía, a tal punto , que fue estrenado en la genial obra de Alberto Vacarezza “El Conventillo de la Paloma” en la voz de Tita Merello. A raízde ello , el mismo Carlos Gardel grabó este tango, no solo en disco sino también en lo que fue el primer cortometraje sonoro argentino, que junto a otros tangos importantes (Viejo Smoking, Mi Noche Triste, El Carretero) constituye una verdadera joya que hoy aún perdura y que ha sido recientemente editada en video. Lamentablemente alli se cometio el error de adjudicar la letra a quien solo hizo la musica: Enrique Delfino.


Años más tarde su obra fue rescatada por interpretes de verdadera calidad profesional como Mercedes Simone, Ignacio Corsini y por el que grabara la versión más conocida de Padrino Pelado: Julio Sosa “El Varón del Tango” quien compuso un verdadero éxito gracias a una magistral interpretación de la rica letra de este tango.

De su Buenos Aires natal se mudó primero a Garin y luego a Belén de Escobar donde allí fue creador y fundador del Conjunto Teatral Vocacional Juvenil Belén (años 1956 al 65) oficiando de Director (él ya había desarrollado otras actividades teatrales desde maquillador a actor). No solo fue en Escobar, el lugar que eligió para vivir, un importante representante del tango. También participo de muchas actividades comerciales, sociales, deportivas, educacionales y políticas. Murió el 12 de agosto de 1981. Nunca dejo de escribir.

miércoles, 13 de marzo de 2024

Se recuerda el 114° aniversario del tosquense Emilio Famoso.

 

Autor y compositor.


Emilio Famoso nació en Las Toscas, Provincia de Santa Fé el 13 de Marzo de 1910.

Criado en un medio netamente rural en el esplendor de la compañía “La forestal” el contacto con los paisanos y obrajeros de la zona despertó una temprana vocación poética que más tarde volcaría en sus letras.

Posteriormente se desempeñó como viajante de comercio por el Santa Fé y el Chaco lo que alimentó su bagaje de relatos y sucedidos del gran “chaco forestal”.

En la década del 50 Emilio Famoso se relacionó con grandes artistas chamameceros como Tránsito Cocomarola, Ernesto Montiel, Néstor Eulogio Amarilla y Gregorio Molina de donde nació una celebrada colaboración autoral que se tradujo en obras como “Azules sueños”, “Campo Argentino”, “Horizonte de sueños”, “Ruta norte”, “Mi canción”, “Los pagos del chamamé”, “Tu cariño”, “Comparación”, “Santa Fé de la Veracruz”, “A mi juego me llamaron”, “El enamorado” y su obra más difundida “Colonia Yaguareté” compuesta en colaboración con Ernesto Montiel.

Emilio Famoso falleció el 8 de Julio de 1984

viernes, 8 de marzo de 2024

Se cumple el aniversario 99 del natalicio de Marta Lynch.

 

Escritora notable y muy recordada.

Marta Lynch nació en Buenos Aires, el 8 de marzo de 1925 y fue una escritora notable y muy recordada.​ Escribió siete novelas y nueve colecciones de breves obras de prosa.


Perteneció al grupo de escritoras argentinas de la generación la década de 1950 (como Silvina Bullrich, Beatriz Guido y Sara Gallardo, entre otras) que escribieron varios best-sellers y fueron muy populares y polémicas en su tiempo. Alberto Girri definió a Lynch como una escritora "poco menos que única entre nosotros, por su ímpetu y destreza narrativa y por haber incorporado a nuestra literatura personajes como la señora Ordóñez o la Colorada Villanueva, acaso arquetípicos de nuestro medio".


Se licenció en literatura en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Se casó con el abogado Juan Manuel Lynch. Viajó y dio conferencias en Europa y en distintos países americanos: México, Cuba, Paraguay, Chile y Uruguay, y fue colaboradora de La Nación y de numerosos diarios y revistas del país y de América. En Alemania fue proclamada una de las diez mejores cuentistas de Sudamérica.


El libro Cuentos de colores reúne un conjunto de doce relatos donde es posible verificar su calidad excepcional de escritora.


En noviembre de 1972 viajó en el chárter que trajo de vuelta a Juan Domingo Perón. Sus posturas políticas fueron muy cambiantes con el tiempo.​


Había sido secretaría de Arturo Frondizi entre 1962 y 1964, coqueteó con la última dictadura militar pero fue la única que reclamó por la aparición con vida de Haroldo Conti y recibió en su casa de Vicente López a personalidades como el padre Carlos Mugica.​


Suicidio


Le aterrorizaba el deterioro físico y la decrepitud intelectual.​ Temía que se olvidaran de ella. Producto de una larga depresión, se suicidó en su habitación con un arma de fuego.


Obras


Novelas


La alfombra roja (Fabril Editora, 1962)

Al vencedor (Editorial Losada, 1965)

La señora Ordóñez (Editorial Jorge Álvarez, 1968)

El cruce del río (Editorial Sudamericana, 1972)

Un árbol lleno de manzanas (Editorial Sudamericana, 1974)

La penúltima versión de la Colorada Villanueva (Editorial Sudamericana, 1978)

Toda la función y la despedida (Editorial Abril, 1982)

Informe bajo llave (Editorial Sudamericana, 1983)

Páginas de Marta Lynch seleccionadas por la autora (Editorial Celtia, 1983), con Gwendolín Díaz


Cuentos


Los cuentos tristes (Centro Editor de América Latina, 1967)

Cuentos de colores (Editorial Sudamericana, 1970) - Premio Municipal

Los dedos de la mano (Editorial Sudamericana, 1976)

Los años de fuego (Editorial Sudamericana, 1980)

No te duermas, no me dejes (Editorial Sudamericana, 1985)

viernes, 1 de marzo de 2024

¡Feliz cumple, Ernesto Pierro!

 

Letrista


Nació en el barrio de Boedo. Durante algún tiempo, estudió la carrera de Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires, que abandonó a la mitad.


A los 13 años escribió su primera letra de tango —y así varias en la adolescencia—, mientras la mayoría de los jóvenes de la época rechazaban la música ciudadana y no la entendían, preferían expresarse con el rock, que irrumpió para quedarse a fines de la década del 50.


Por unos años, estuvo alejado del género por «esas cosas de la vida» y, si bien se publicaron un par de sus letras en los años 70, el cambio de rumbo se produjo en 1989, cuando ganó el Primer Certamen Hugo del Carril con los versos —por entonces se premiaba letra sola— de “Declaración de amor a Buenos Aires”. Esto lo decidió a meterse de lleno en la profesión, fue el disparador de su actividad definitiva como autor de canciones. Su verdadera vocación.


Así, desde entonces, sucesivamente, fueron premiadas una veintena de obras suyas. Por ejemplo: “Borges un fervor de Buenos Aires”, que salió segunda en el Premio Certamen SADAIC; “Corazón Quijote”, ganadora del Premio Fondo Nacional de las Artes; “Quién iba a decir”, Premio Mejor Letra en Canción, del Festival de Villa Gesell y segundo Premio Mejor Canción en el mismo Festival; “El Polaco”, Premio Mejor Tema Inédito en el Festival de Cosquín (primera vez que ganaba un tango ese premio); “La vida empieza hoy”, primer Premio Certamen Hugo del Carril; “Strip Tease”, segundo Premio Certamen Carlos Gardel.


También, realizó algunos espectáculos como guionista, presentador y hasta participante: El Tango Cuenta la Historia, Pasión y Ternura de Tango, Tangos, Reciedumbre y Ternura, Strip Tease de Tango, Manzi, Buenos Aires y Otros Tangos, Homenaje a Homero Expósito.


Como autor teatral, escribió —entre otras— la obra Una Vida de Tango, que ya lleva varias representaciones.


Además, fue el principal promotor de la creación de una asociación de letristas: «A principios de este milenio, convoqué a varios colegas para que trabajáramos mancomunadamente para luchar contra el problema de la falta de difusión, entre otras cuestiones. Así nació Letrango, primera Asociación de Letristas de Tango de la República Argentina, institución que presidí desde su fundación en octubre del 2002, hasta mediados del 2008, y que creo fue un aporte valioso para el género y, fundamentalmente, para nuevos creadores».


Como cuentista, ha recibido Mención en tres certámenes. La Editorial Papeles de Boedo le editó el libro/cancionero Paisajes del Sur.


Se cumple el aniversario 103 del natalicio de la victoriense Agueda Mansilla.

 

Letrista y difusora.


Agueda Rudecinda Mansilla, era nacida de la ciudad de Victoria, Provincia de Entre Ríos el 1 de Marzo de 1921.

Radicada en Rosario, en busca de un horizonte laboral, se relacionó con el pionero Emilio Chamorro, con quien colaboró por largos años, en los bailes organizados por el pionero en la legendaria pista “La Ranchada”.

A partir de la década de 1960 se convirtió en colaboradora de la revista nativa “Ivera”, como corresponsal de la ciudad de Rosario, además de participar como animadora y guionista de audiciones radiales de “LT 2 Radio Splendid“ de la segunda ciudad santafesina, junto a artistas como  Emilio Chamorro, Ramón Merlo y Nélida Argentina Zenón.

Pero es en el campo autoral, donde posiblemente encontramos el mayor legado de Mansilla al chamamé, ya que fue una prolífica e inspirada compositora de cerca de 70 obras, entre las que podemos recordar “Hachero de mi pago”, “Adiós Gorgonio", “Idilio en el Litoral, “Mi guitarra”, “El parana te llevó”, “Curuzucuateño co’ soy chamigo”, “Pescador correntino”, “Tu sufrimiento", “Carai Domador” y “Reseros del litoral”, entre otras, compuestas con grandes del género como Emilio Chamorro, Tarrago Ros, Roberto Galarza, Cacho Saucedo, Gregorio de la Vega, Andrés Cañete, Enrique Cena, Ramón Merlo, Carlos Olmedo y Luis Casafús, por citar algunos.

Alejada de los escenarios, Agueda Mansilla falleció en Buenos Aires, el 24 de Abril de 2012.

martes, 27 de febrero de 2024

Hace 149 nacía Manuel Ugarte.

 

Escritor, diplomático y político.


Manuel Baldomero Ugarte nació en Buenos Aires, el 27 de febrero de 1875. Fue escritor, diplomático y político. Militó durante un tiempo en el Partido Socialista y formó parte de los círculos literarios y periodísticos de su ciudad natal. Fundó y editó el diario La Patria y la revista Vida de hoy. Autor de varios libros, entre ellos: El porvenir de América Latina y Patria Grande. Precursor de la Izquierda Nacional en América Latina. Fue socialista y apoyó al peronismo.


Residió en el extranjero durante varios años. Entre 1897 y 1903 residió en París, en esta etapa se forjó su pensamiento hispanoamericano y socialista. Durante un viaje a los Estados Unidos, en 1898, estudió las invasiones a México, Cuba y Nicaragua, que catalogó de imperialistas, lo cual lo llevó a adoptar una posición decididamente antiestadounidense y anti-imperialista. Representó a la República Argentina como embajador ante México en el periodo de 1946 a 1948, ante Nicaragua en 1949 y ante Cuba en 1950.​


Ugarte criticó duramente la injerencia de los Estados Unidos en la región, inspirado en hechos como la invasión a México, la escisión de la provincia de Panamá de Colombia, y otras intervenciones diplomáticas, comerciales y militares en los asuntos internos de las naciones sudamericanas.


La visión de Ugarte se apoyó en la ideas de José de San Martín y Simón Bolívar respecto a la unidad de las ex colonias de raíces españolas en una federación latinoamericana, en apoyo a la idea del exiliado soviético León Trotski, de los «Estados Socialistas de América Latina».​ En contraposición, la visión panamericana propuesta por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, postulaba un origen y destino común de todas las naciones americanas desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Ugarte veía esta idea de Estados Unidos como una maniobra para establecer pequeños países de escaso peso político y someter a toda América a su supremacía.​


Sus obras incluyen libros de viajes, escritos políticos, novelas, cuentos y poemas, algunos de los cuales fueron traducidos al francés, inglés, italiano y ruso. De su obra poética, de corte modernista, destacan Palabras de 1893, Versos de 1894, y Vendimias juveniles de 1907. Es autor también de libros de cuentos, como Cuentos de la Pampa de 1903, Cuentos argentinos, 1908, y de ensayos literarios, artísticos y sociopolíticos como El arte y la democracia, 1905, La joven literatura hispanoamericana, 1906, El porvenir de América latina, 1910, El destino de un continente, 1923, El dolor de escribir, 1933, La dramática intimidad de una generación, 1951.


Nació en una familia de buena posición económica e hizo sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires.


Su temprana vocación literaria le permitió escribir sus primeros trabajos a los quince años. Se convirtió en un ávido lector y su familia le pagó la edición de sus primeras poesías. Esto le permitió tomar contacto con los más destacados literatos de la generación del 80.


En 1897 realizó su primer viaje a París para continuar sus estudios. Asistió a cursos de sociología y filosofía, aunque gran parte de su tiempo lo dedicó a las actividades propias de los jóvenes argentinos de familias ricas: la diversión, la vida bohemia y, especialmente, las damas francesas. Vivió de cerca el Caso Dreyfus, sobre el cual escribió, lo que constituyó su acercamiento a los temas políticos.


En 1898 Estados Unidos intervino en Cuba, lo que provocó el repudio de Manuel Ugarte. Fue a raíz de este conflicto que comenzó a manifestar su interés por los temas sociales, en general, y su acercamiento al socialismo, que tenía en Jean Jaurès una de las principales figuras del socialismo francés.


Crítica al imperialismo estadounidense desde Nueva York


Se trasladó a Nueva York y donde criticó el impulso expansionista que predominaba en la clase política estadounidense y que tenía a América Latina como principal objetivo de conquista. Al estudiar la historia estadounidense describe cómo los EE. UU. habían ganado territorio a costa de países vecinos y opina que ese apetito territorial estaba lejos de haber sido saciado.


Paradójicamente es en los Estados Unidos donde Manuel Ugarte consolidó las dos columnas de su ideología: por un lado un fuerte antiimperialismo y por el otro, la necesidad de construir la Unidad Latinoamericana.


Al retornar a París se unió a la causa del socialismo, al que llegó por su admiración por Jean Jaurès. Este pensamiento lo llevará a escribir sobre el sufrimiento de la clase obrera francesa.


Carrera literaria


En 1901 apareció su primer libro de relatos, Paisajes parisienses, donde expuso su preocupación social, su vida bohemia y los dulces y fugaces amores en Francia. Se relacionó con jóvenes latinoamericanos residentes en París, como Rubén Darío, Amado Nervo y Rufino Blanco Fombona. Sus preocupaciones y amistades literarias integraron a Ugarte al movimiento modernista. En 1901 publicó en Buenos Aires su artículo El peligro yanqui, donde denunció las intervenciones de los Estados Unidos, anexando territorio mexicano, y alertando sobre la hegemonía cultural y económica, la que, según su punto de vista, jugaba un papel tan letal como la misma invasión armada.


A los veinte días, en el mismo periódico El País, publicó otro artículo, titulado La defensa latina. Allí plantea la unidad de América Latina y la conformación de los Estados Unidos del Sur, lo que se convirtió en el objetivo permanente de su prédica latinoamericanista. Ugarte regresó a la Argentina en agosto de 1903 y se vinculó al Partido Socialista, en particular a José Ingenieros y Alfredo Palacios. Estos jóvenes, junto a Leopoldo Lugones, conformaban un ala dentro del partido que se destacaba por su carácter combativo, lo que contrastaba con el conservadurismo característico de Juan B. Justo y la cúpula directiva que tiñó al partido a lo largo de muchos años.


De vuelta a Europa


En marzo de 1904 Ugarte retornó a Europa, como delegado por el socialismo argentino al Congreso de la Segunda Internacional en Ámsterdam.


Uno de los temas principales de ese Congreso fue la posición que debía asumir el socialismo frente al colonialismo, sobre todo en aquellos países colonialistas donde el socialismo contaba con un fuerte apoyo popular. Ugarte fue testigo de la defensa que un delegado neerlandés hacía del colonialismo, como factor de progreso histórico en las regiones bajo su dominio. En la Argentina, la prensa oficial criticó a Ugarte porque «... ha presentado a la Argentina como país atrasado en el cual la vida del trabajador es penosa por falta de libertad y protección del estado. La actitud de Ugarte no puede ser más antipatriótica».


Ugarte publicó en 1906 una antología de autores latinoamericanos que tuvo el nombre de La joven literatura hispanoamericana. La intención era hacer conocer a Europa a los escritores americanos. Así incluyó trabajos de Rubén Darío, Ricardo Rojas, Alfredo Palacios, Leopoldo Lugones, Rufino Blanco Fombona, José Enrique Rodó y varios más.


Participación en el Congreso de Stuttgart


En 1907, Ugarte participó del Congreso de la Segunda Internacional, esta vez en Stuttgart, que contó con la presencia de Lenin, Rosa Luxemburgo, Jean Jaurès, Karl Kautsky y Jorge Plejánov, entre otros.


El Congreso tiene dos importantes temas a tratar: la posición ante una posible guerra mundial y la actitud ante el colonialismo.


En ambos temas la socialdemocracia europea asumió posiciones nacionalistas en defensa de sus respectivos países imperialistas y colonialistas. Henri Van Kol, el delegado neerlandés, afirmó: “En circunstancias determinadas, la política colonial puede ser obra de civilización”.


Luego del Congreso de Stuttgart, Ugarte profundizará el tema de la cuestión nacional y ampliará sus diferencias con la conducción del partido Socialista de la Argentina. En sus artículos hace la diferencia entre el patriotismo de un país imperialista o colonialista y el patriotismo de los países oprimidos por el imperialismo, como ocurría con los países latinoamericanos. Para Ugarte el socialismo en Latinoamérica debía tener un carácter nacional que opusiera resistencia al imperialismo anglosajón.


Enfrentamiento en el Partido Socialista


En 1909 se desató una polémica dentro del Partido Socialista de la Argentina. La Vanguardia, el órgano partidario lo atacó abiertamente. Es el mismo año de la aparición del libro Teoría y práctica de la Historia de Juan B. Justo donde éste defiende las ideas del librecambio, así como el carácter civilizador del imperialismo.


Ugarte concluyó su ensayo El porvenir de la América Española. Vivía en Niza, desde hacía algunos meses, por razones de salud. A pesar de estar alejado de América Latina, su pensamiento lo localizaba en las tradiciones democráticas y revolucionarias del continente. En sus textos opinaba sobre el carácter destructivo del imperialismo para los países hispanoamericanos, y vislumbraba el carácter reaccionario jugado por lo que el catalogaba como oligarquías nativas asociadas al capitalismo extranjero. Comparaba las dos Américas y concluía que sólo la unión de los pueblos del sur les permitiría hacer frente a las grandes potencias con apetencias territoriales o económicas sobre estas naciones.


La Vanguardia con respecto al libro de Ugarte señalaba: «Muchos han venido agitando la opinión del peligro yanqui. Pero los pueblos no los han escuchado... Y si la propaganda alarmista no encuentra eco en ellos debe ser porque el peligro no existe». «Tenemos motivos para creer que la intervención o conquista de las repúblicas de Centroamérica por los Estados Unidos puede ser de beneficios positivos para el adelanto de las mismas».


Consecuentemente con las ideas expresadas en El Porvenir de la América Española, Ugarte planeó una gira por todo el continente para en busca del contacto con la realidad y para difundir sus propuestas.


Gira hispanoamericana


En 1911, Ugarte comenzó una gira por los países hispanoamericanos con el objetivo de conocer personalmente la situación de los países de la región. Los detalles de esta gira, que se extendió hasta 1913, los relataría más tarde en su libro El destino de un continente.


Su primer destino fue La Habana, Cuba. Allí dio su testimonio de la influencia estadounidense en la isla. Ugarte describió cómo las clases acomodadas de Cuba colaboraban con los Estados Unidos, en tanto que la clase pobre desconfiaban de la presencia estadounidense.


Realizó varias conferencias y recibió los ataques de los sectores al servicio de los intereses estadounidenses. La presencia de Manuel Ugarte en Cuba impulsó la aparición de sectores estudiantiles y populares que bregaban por la independencia cubana, con una visión de integración latinoamericana. De aquí pasó brevemente por Santo Domingo, donde dictó conferencias y se relacionó con la clase intelectual de la sociedad dominicana.


Su próximo destino fue México, donde se entrevistó con el presidente Francisco I. Madero, de quien emitió juicios críticos por su escaso interés en atacar los intereses estadounidenses.


En este país se encontró inconvenientes para realizar sus conferencias, ya que algunos empresarios se negaron a alquilar sus locales y teatros. El gobierno y el congreso analizaron la posibilidad de prohibir sus conferencias, presionados por los intereses con los estadounidenses. Durante una movilización estudiantil Manuel Ugarte aprovechó salir al balcón del hotel y pronunciar una alocución improvisada.


Finalmente Ugarte logró dar su conferencia, con gran cantidad de público que sobrepasó la capacidad del teatro y, en su exposición, volvió a denostar al imperialismo y a abogar por la unidad de América Latina.


En febrero de 1912 llegó a Guatemala. El ministro de Relaciones Exteriores le indicó que podía exponer sobre literatura, pero no podría realizar discursos contra los Estados Unidos. Justificaba su prohibición en que se esperaba, en poco tiempo, la visita del Secretario de Estado estadounidense, Philander C. Knox.


Intentó partir rumbo a San Salvador. El gobierno de ese país le hizo saber que su presencia no era de su agrado, debido a la presencia del Sr. Knox. Se dirigió, entonces, a Honduras, donde pudo realizar sus discursos: «...lo que he venido reclamando sin tregua, ha sido justicia para las repúblicas hermanas que se ahogan bajo la avalancha del imperialismo...».


El gobierno salvadoreño permitió la visita de Ugarte, posteriormente a la partida del Secretario Knox. Fue recibido por una cálida manifestación de apoyo a sus ideas, integrada tanto por estudiantes como obreros. Pero, a poco de estar, el presidente Araujo prohibió su conferencia titulada América Latina ante el imperialismo. La juventud estudiantil hizo manifestaciones para que se levante la prohibición. El reclamo tuvo éxito y la disertación se realizó en la Federación Obrera.


Su próximo destino fue Nicaragua: las aduanas se encontraban en manos de funcionarios estadounidenses y los puertos nicaragüenses habían sido bombardeados por el cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Ni bien llegó la patria de Rubén Darío, el jefe de policía le expresó que no podía ingresar al país.


Ante esto, Ugarte se valió de los obreros portuarios para hacer llegar un mensaje a los nicaragüenses: «Al cerrar la puertas del país al escritor de la misma raza que habla la misma lengua y que defiende los intereses comunes de los latinos del Nuevo Mundo, después de haber recibido poco menos que de rodillas al representante de la nación conquistadora, el gobierno ha puesto en evidencia los compromisos que lo ligan con el extranjero».


Luego arribó a Costa Rica, donde también encontró dificultades. Realizó declaraciones a un periódico, pero, debido a la intervención del gobierno, no fueron publicadas. No obstante, fue recibido por una manifestación.


De Costa Rica decidió llevar su palabra también a los Estados Unidos, donde crítico la política imperial. Las anexiones de los estados mexicanos, la invención de la República de Panamá, secesionada de Colombia, para construir el Canal, el empréstito a Nicaragua, entre otras, fueron recordadas por Manuel Ugarte en el territorio estadounidense.


Su próximo objetivo fue Panamá. Allí se entrevistó con el presidente, quién le reconoció su imposibilidad de fijar las políticas nacionales argumentando que toda la economía estaba en manos estadounidenses.


El siguiente destino fue Venezuela. Fue recibido por manifestaciones populares e hizo un homenaje ante la tumba de Simón Bolívar donde convocó a seguir el camino de los libertadores José de San Martín y Bolívar.


Llegó a Colombia en noviembre de 1912. En Bogotá habló ante 10 000 personas. Ecuador fue recibido en el teatro de Guayaquil. Gritó ante 3000 concurrentes: «Unámonos». Ese mismo reclamo se escuchó en Quito, junto a otro que decía «América Latina para los Latinoamericanos».


En Perú colocó flores ante los monumentos de Bolívar y San Martín. Casi 4000 personas se reunieron para escucharlo. Aquí explicó que su nación es América Latina y que, si uno de los países que la integran se encuentra en peligro, todos lo estaban.


En Estados Unidos el presidente William Howard Taft fue reemplazado por Woodrow Wilson. Manuel Ugarte dio a conocer una Carta Abierta al Presidente de los Estados Unidos que es un enunciado donde crítica los desbordes imperialistas efectuados por ese país en los últimos años.


En Bolivia, en su discurso en La Paz fue interrumpido por numerosas ovaciones de un público. El embajador estadounidense lo criticó duramente y Manuel Ugarte le envió los padrinos para batirse a duelo. La intervención del embajador argentino evitó el lance.


Llegó a Chile, luego de los agravios de la prensa chilena. Obtuvo una gran repercusión entre los sectores populares.


En Montevideo homenajeó al prócer latinoamericano José Artigas, contradiciendo el punto de vista liberal de la historia rioplatense que siempre había denostado a Artigas. También realizó una conferencia. Luego visitó Paraguay donde tuvo un gran recibimiento, especialmente por parte de los jóvenes.


Concluida la gira retornó a su país. Cuando llegó a Buenos Aires, después de esta gira triunfal por Hispanoamérica, sólo unos pocos amigos lo estaban esperando. Desde La Vanguardia se desató una campaña contra Manuel Ugarte en la que se decían cosas como: «viene empapado de barbarie, pueblos de escasa cultura, países de rudimentaria civilización...».


Ruptura con el Partido Socialista


La Asamblea General del Partido Socialista, resolvió expulsar a Manuel Ugarte del partido, con motivo de sus declaraciones públicas y de que adeudaba siete meses de sus cuotas sociales.​


En su carta de renuncia Ugarte explicó las muchas diferencias que lo separaban de esa agrupación: cuestionó su posición anti-militarista, su inclinación anti-religiosa, llamando al respeto de todas las creencias, a la vez que se declara partidario de la democratización de la propiedad. Y rechaza la enemistad del socialismo argentino con el concepto de patria, en tanto que reafirma su amor por su nación y su bandera.


La Asociación Latinoamericana


A comienzos de 1914 surgió, a instancias de Ugarte, la Asociación Latinoamericana, como consecuencia de las movilizaciones populares contra la intervención estadounidense en México. La nueva institución realizó actos públicos para denunciar la actividad estadounidense en Latinoamérica y para bregar por la unidad de estos países.


1914 fue el año de comienzo de la Primera Guerra Mundial. Mientras tanto la Asociación Latinoamericana exigía que los yacimientos petrolíferos descubiertos en Comodoro Rivadavia quedaran en manos estatales y no fueran entregados a los monopolios extranjeros.


Ese mismo año, la dramática muerte de su amante uruguaya, la poetisa Delmira Agustini, en Montevideo, asesinada por su exmarido en un hotel de citas, le impactó profundamente.


El periódico La Patria


El 24 de noviembre de 1915 Manuel Ugarte comenzó a editar el periódico La Patria, bajo su dirección. Sus objetivos fueron defender la industria nacional, combatir los monopolios, oponerse al imperialismo y bregar por una reforma cultural.


Desde las páginas de La Patria comenzó a denunciar al imperialismo británico. La Patria comenzó de denunciar las actitudes agresivas de Inglaterra y la función lesiva para Argentina que desempeñaba el ferrocarril en manos inglesas.


Estos temas no eran populares en los discursos de las elecciones presidenciales en Argentina, temas evitados también en la prensa y por los partidos políticos. El 15 de febrero de 1916 aparecía el último ejemplar de La Patria.


Hipólito Yrigoyen alcanzó el poder


El 12 de octubre de 1916 la democracia irrumpió en la Argentina de la mano de Hipólito Yrigoyen. Ugarte no depositó demasiadas expectativas en él. No obstante simpatizaba con la neutralidad de Yrigoyen en la política internacional.


El 6 de abril de 1917, los Estados Unidos ingresaron en la Primera Guerra Mundial. Poco después lo hizo Brasil, mientras, en Buenos Aires, los sectores vinculados a Inglaterra y los Estados Unidos desataron una campaña para que Argentina ingresara en la guerra. Tres viejos conocidos de Ugarte se unieron al reclamo: Ricardo Rojas, Leopoldo Lugones y Alfredo Palacios. La firme actitud del gobierno de Yrigoyen, con el apoyo de un grupo reducido de intelectuales, entre los que se encontró Ugarte, defendieron el interés nacional manteniendo a Argentina fuera de la guerra.


Esta actitud de neutralismo le valió terribles ataques de la prensa, así como de muchos de sus viejos camaradas socialistas, a la vez que se enfriaba su popularidad dentro del estudiantado.


Durante la Reforma Universitaria


El año de la Reforma Universitaria de 1918, el movimiento estudiantil reformó la educación argentina, planteando la democratización de la enseñanza a la vez que levantaba banderas latinoamericanas y antiimperialistas. Muchos de los líderes de este movimiento simpatizaban con Manuel Ugarte y él mismo intervino llevando su apoyo activo a los estudiantes.


Ese mismo año murió su padre y recibió acusaciones de simpatizar con los alemanes. La victoria de la Entente significó para Ugarte que, tanto Inglaterra como los Estados Unidos, se lanzarían a continuar su política de dominación de América Latina. Describió el festejo de las clases dominantes de Buenos Aires por el triunfo de los aliados. Manuel Ugarte, a principios de 1919, tomó la decisión de trasladarse a Madrid.


Continuó su labor político literaria




El 19 de julio de 1922 escribió Mi campaña hispanoamericana, donde aparecieron muchos de los discursos que pronunció en su gira por Latinoamérica. Poco tiempo después aparecía otro libro: La Patria Grande. A fines de 1923 apareció otra de sus obras: El destino de un continente, con el relato de su campaña por América Latina. En este trabajo profundizó su análisis sobre el accionar imperial de Inglaterra en el sur del continente. Diversos periódicos cortaron colaboración con Ugarte a la vista de la aparición de estos libros, lo que significó una pérdida de ingresos para Ugarte.


La invasión estadounidense a Nicaragua


Una nueva intervención estadounidense, esta vez a Nicaragua, volvió a hacer levantar la voz de Manuel Ugarte. Estableció correspondencia con Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui en Perú, así como con el Partido Nacionalista de Puerto Rico.


En 1927 fue invitado por el gobierno ruso al festejo de los diez años de la Revolución rusa, en plena lucha política entre Stalin y Trotski. Sin adherir al régimen imperante en la Unión Soviética, Ugarte se influenció de ciertos aspectos de esa revolución.


Cuando el general Augusto César Sandino, al frente de su ejército campesino nicaragüense, enfrentó los Estados Unidos, Manuel Ugarte expresó toda su admiración y apoyo al “General de los hombres libres”. Señaló entonces: “El general Sandino ha puesto en acción el pensamiento que yo defiendo desde hace veinte años”.


Ugarte denunció en Argentina la euforia que había despertado la Guerra Mundial y el escaso interés por la desigual batalla de Sandino contra los Estados Unidos.


Durante la Década Infame


Cuando el 30 de septiembre de 1930 cayó el gobierno de Yrigoyen, que apoyaba a Ugarte.


Por ese mismo tiempo recibió una carta de Sandino donde le expresó: “Su nombre, señor Ugarte, hace mucho tiempo que es familiar entre nosotros y sus escritos por uno u otro motivo, siempre nos llegan y nos han servido de estímulo en nuestra gran jornada libertaria de siete años, que apenas son las preliminares de la gran batalla espiritual, moral y material que Indoamérica, por su independencia, tiene que empeñar contra sus tutores Doña Monroe y el Tío Sam, y probarles que nuestros pueblos han llegado a su mayoría de edad”. Ugarte debió vender su casa en Niza y alquilar en París, así como las joyas de su mujer Teresa para cubrir sus deudas.


Regreso a Argentina


En 1935 regresó a Buenos Aires, y ante su bancarrota económica debió vender su biblioteca.


A poco de llegar restableció relaciones con Alfredo Palacios quién lo invitó a reingresar al Partido Socialista. Otros dirigentes insistieron en el ofrecimiento y, luego de pensarlo, aceptó reincorporarse al partido.


Al año siguiente fue expulsado luego de haber descargado una serie de críticas contra la conducción partidaria y las ideas tradicionales del partido.


La Argentina estaba en plena Década Infame. Los suicidios de sus viejos amigos Leopoldo Lugones, Horacio Quiroga, Lisandro de la Torre y de su amiga Alfonsina Storni sacudieron su espíritu.


Abandonó nuevamente Buenos Aires, esta vez para instalarse en Viña del Mar, Chile, y desde allí colaboró con varios diarios de ese país, aunque sólo con artículos literarios.


Durante la Segunda Guerra Mundial


En agosto de 1939 apareció la segunda edición del libro La Patria Grande, ante el inminente comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La aparición del libro provocó que Ugarte fuese nuevamente criticado por cuestionar al Reino Unido.


Nuevamente sentó posición favorable a la neutralidad señalando que no está ni con Francia, ni con Alemania sino con América Latina.


A fines del año 1941 terminó de escribir Escritores Iberoamericanos del 900. Allí escribió sobre los autores que conoció personalmente y gozó de su amistad. Incluía a Rubén Darío, Alfonsina Storni, Florencio Sánchez, Gabriela Mistral, Rufino Blanco Fombona, José Vasconcelos Calderón, entre otros.


Reconocimiento por el gobierno de Perón


Luego del triunfo electoral del peronismo el 24 de febrero de 1946 decidió el regreso a su patria. El 31 de mayo Ernesto Palacio lo acompañó a la Casa Rosada para presentarlo ante el presidente. Tanto Perón como Ugarte simpatizaron instantánea y recíprocamente.


En septiembre de 1946 fue designado embajador extraordinario y plenipotenciario en la República de México. Por primera vez, Argentina obtenía un reconocimiento oficial a la capacidad y la lucha mexicana. México era el país al que había escrito reiteradamente contra las agresiones estadounidense y donde tenía tantos amigos y discípulos. Manuel Ugarte contaba entonces setenta y un años.


En agosto de 1948, luego de algunas diferencias con funcionarios de la embajada en México, fue designado en Nicaragua, donde permaneció poco tiempo y a comienzos de 1949 fue nombrado embajador en Cuba.


A fines de 1949, en un intento por recomponer relaciones con los EE. UU., Perón, reemplazó al ministro de Relaciones Exteriores, Juan Atilio Bramuglia, de tendencia socialista, por Hipólito Paz de ideas más conservadoras. A causa de intrigas en la Cancillería y algún desdén y faltas de respeto por parte de los nuevos funcionarios, que denunció en una carta a Perón, Ugarte presentó su renuncia al cargo,​ sin por eso dejar de apoyar al gobierno argentino.


Alejado de la función pública decidió visitar nuevamente México donde un grupo de intelectuales realizaron un homenaje en su honor.


En noviembre de 1951 retornó a Buenos Aires con un solo objetivo: votar y apoyar la reelección de Perón. Luego de la reelección del presidente Perón, regresó a Madrid donde permaneció unos pocos días para instalarse nuevamente en Niza donde falleció el 2 de diciembre.


Repatriación de sus restos y homenajes


En noviembre de 1954, Jorge Abelardo Ramos organizó una Comisión de Homenaje, con la finalidad de recibir los restos del gran argentino fallecido en el ostracismo. Los restos de Ugarte llegaron al país acompañados por su viuda, Therese Desmand, y fueron recibidos por varias personalidades en el puerto de Buenos Aires.


En el funeral cívico, que se realizó esa noche en el salón Príncipe George, de Buenos Aires, hablaron el socialista Carlos María Bravo, el comunista-peronista Rodolfo Puiggrós, el diputado nacional peronista John William Cooke y Jorge Abelardo Ramos. Unas cuatrocientas personas concurrieron a la despedida de Ugarte. El presidente Perón envió un telegrama de adhesión. Actualmente sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta.


Las ideas de Manuel Ugarte han sido recogidas por la corriente política argentina Izquierda Nacional y, hoy, son principios comunes a los esfuerzos de integración continental y de amplios sectores del nacionalismo latinoamericano.


Jorge Abelardo Ramos fue su principal difusor en la Argentina, de quien era hasta entonces conocido y popular en toda América Latina y un perfecto desconocido en su propia tierra. Abelardo Ramos editó por primera vez en la Argentina varias de sus principales obras, "El porvenir de América Latina" en 1953, La Patria Grande en 1960, la Reconstrucción de Hispanoamérica en 1961, El destino de un continente en 1961 y variados textos en forma de folletos y revistas en los años siguentes. Nuevamente publicó La Patria Grande con téxtos inéditos en México en 1990.


La Revolución Mexicana le puso su nombre a una calle, Francia le otorgó la Legión de Honor.​ En su honor una calle en Coghlan lleva su nombre.


Obra literaria



Paisajes parisienses (1901)

Crónicas del boulevard (1902)

Cuentos de la Pampa (1903)

Mujeres de París (1904)

Visiones de España (1904)

Una tarde de otoño (1905)

Los estudiantes de París (1905)

El arte y la democracia (1906)

La joven literatura hispanoamericana: antología de prosistas y poetas(1906)

Enfermedades sociales (1906)

Burbujas de la vida (1908)

Las nuevas tendencias literarias (1908)

Letras y letrados de Hispanoamérica (1910)

Los cantos de la prisión y el destierro (1911)

Los estudiantes de París (1911)

Poesías completas (1919)

Las espontáneas (1919)


El crimen de las máscaras (1924)

El camino de los dioses (1926)

La vida inverosímil (1927)

El dolor de escribir (1932)

Escritores iberoamericanos del 900 (1941)

La dramática intimidad de una generación (1951

Obra política[editar]

La evolución política y social de Hispanoamérica, 1910

El porvenir de América Latina, 1910

El porvenir de la América Española, 1920

Mi campaña hispanoamericana, 1922

La patria grande, 1922

El destino de un continente, 1923

Ediciones póstumas:

El porvenir de América Latina, con prólogo de Jorge Abelardo Ramos. Editorial Indoamericana. Argentina, 1953

La Patria Grande. Editorial Coyoacán. 1960

Reconstrucción de Hispanoamérica, con prólogo de Therese Desmand de Ugarte. Editorial Coyoacán, 1961

El Destino de un continente, con prólogo de Jorge Abelardo Ramos. Ediciones de la Patria Grande. 1962

La Nación latinoamericana, compilador Norberto Galasso. Biblioteca Ayacucho, José Ramón Medina. 1987

La Patria Grande. Mi campaña hispanoamericana,con prologo de Jorge Abelardo Ramos. Edición de la Embajada de México 1990.​

jueves, 15 de febrero de 2024

Se cumple el aniversario 81 del natalicio del tucumano Mario Romero.

 

Poeta, dramaturgo y traductor.


Mario Romero nació en Las Cejas, provincia de Tucumán, el 15 de febrero de 1943 y fue poeta, dramaturgo y traductor.


Desde 1980 hasta poco antes de su muerte vivió en Estocolmo, Suecia, donde había arribado como refugiado político. Ha sido traducido al inglés, francés, finlandés, italiano, portugués y sueco.


Obra


Poesía


Las señales. Editorial Monopolo, Tucumán, 1973.

Pintura ciega. Editorial Estaciones, Madrid, 1982.

La otra lanza. Editorial Siesta, Estocolmo, 1983.

La última mejilla. Editorial Tierra Firme, Buenos Aires, 1988.

Tinta roja sobre tinta negra. Editorial Orions, Estocolmo, 1997.

Vieja pared. Florida Blanca, Buenos Aires, 1998.

Traducciones del sueco al castellano


Detrás de las máscaras. (teatro) de Eva Stenvång.

La nueva poesía sueca, (en colaboración con Roberto Mascaró).

Cuando despunta el alba”,(teatro) de Birgitta Edberg.

Francisco, querido, ¿dónde te has metido? (,narración para niños) de Staffan Westerberg.

Dramaturgia


La luna llena y el sol vacío, en co -autoría con Christian Kupchik.

Versión libre del lazarillo de Tormes, en conjunto con Manuel Martínez Novillo.

Por la huella, compadre.

Antologías


Nueva poesía argentina de Leopoldo Castilla, Editorial Hiperión, Madrid, 1987.

A palabra nomade de Santiago Kovadloff, Editorial Iluminarias, San Pablo.

L’arbre á peroles. Bruselas, Bélgica, 1985.

50 poetas latinoamericanos en Escandinavia de Juan Cameron, Ediciones Liberación, Malmoe, 1990.

Hundra dikter av hundra diktare med utländska rötter. Invandrarnas kulturcentrum (IKC), Estocolmo, 1990.

Världen i Sverige de Madelaine Grive y Mehmed Uzun, Editorial En Bok för Alla, Estocolmo, Suecia, 1995.

Inédito


Novela: Alias Minotauro.


Partió al mundo espiritual el 28 de junio de 1998.