Agrupación para la difusión de la obra del poeta, del barrio de Floresta, Don Enrique Dizeo y la de los poetas actuales.
Es premisa, de la Agrupación Enrique Dizeo, fomentar la poesía en los jóvenes y sembrar la semilla de la escritura para que en Argentina vuelvan a aparecer los grandes hombres de las letras que supimos tener.
Blog dedicado a la memoria de Don Luis Trucco

viernes, 5 de septiembre de 2014

A 130 años del natalicio del poeta Juan Miguel Velich

Velich en sus tiempos de guitarrero y cantor en los pagos de Barracas al Sud
 
El 5 de septiembre de 1884 nacía, el poeta Villense, Juan Miguel Velich
Comenzó como guitarrero y cantor y mas tarde se dedico a la poesía aportándole, al cancionero nacional, muchas obras que cantaron los mas encumbrados exponentes de la cultura nacional.
Fue muy amigo de Carlos Gardel con quién compartía las noches del Rodríguez Peña allá por los inicios de la década del 10.
Su amistad enorme, con el zorzal criollo, la dejó plasmad en una décima que le escribiera en vida y que rezara:
 "¡Seguí volcando, Carlitos, -ese diluvio de notas, -cristal de cascadas rotas— y de trinos infinitos!— Que tus cantares benditos, — llanto y risa, pena y miel — son el preciado joyel — en que la patria argentina funde el alma, cuando trina — su cantor: Carlos Gardel".
Vila Constitución, provincia de Santa Fe, fue su tierra natal. Buenos Aires lo vio partir físicamente el 26 de abril de 1951 cuando aún no había cumplido 67 años.
Como un ejemplo de sus tantísimas obras les dejamos, a nuestros lectores, su Tango "Rodríguez Peña" en el que vuelca su amor y pasión por aquel reducto nocturno en donde se respiraba tango:
 
Rodríguez Peña
 
Llora mi corazón.
en el silencio del arrabal
al ver que todo cambiado está.
Honda recordación
del romancesco pasado aquel
que tanto amé.

Adiós, Rodríguez Peña de mi alegre juventud.
Rincón que al evocar me acerca al tierno bien
que fuera como un astro del hermoso ensueño azul
que en mi rodar incierto no olvidé
y mi tango que se hermana con mi gran sentir
suspira al comprender que ya no volverán
las tardes y las noches que contento compartí
con los muchachos de ese tiempo ideal.

Tango de mis glorias,
que repito con mi fiel canción,
tango que sonriendo
con mi diosa lo bailé.
Quiero, tango lindo,
que me arrulles con tu dulce voz,
como aquellos días
venturosos del ayer.

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